Ser
muy claro respecto a los objetivos, recursos disponibles, y tiempo de
consecución, es fundamental para un buen desempeño.
Imagina
el panorama de cumplir con tus metas de trabajo haciendo el medio día de la
jornada. Suena casi imposible, ¿verdad? Pero no lo es, si eliminas todo el
tiempo que pasas procrastinando o atendiendo distracciones de tus tareas, y
comienzas a basar tu desempeño en una planeación estratégica.
La
productividad se observa más fácilmente en palabras que en acciones, puesto que
la realidad es que todos procrastinamos en mayor o menor medida.
Pero
hay una alternativa para sacar ventaja
de este verbo (procrastinar) que está presente en la vida de todos.
Pareciera
que la administración del tiempo es fundamental en el tema de cumplir con tus
objetivos, pero existe una nueva tendencia que se inclina por la administración
de energía. Además es mejor pensar en términos de metas y tareas por cumplir,
que en la cantidad de tiempo que empleas para llegar al objetivo.
En
este sentido a veces es mucho mejor cumplir con una jornada de más de 8 horas y
al día siguiente estar más relajado. Pero esta es sólo una alternativa para
cumplir con tus metas laborales.
Algunas
pautas para poder cumplir con este nuevo sistema de administración de tareas a
partir de energía, son las siguientes:
1.
Elabora una lista de metas semanales.
2.
Cada noche realiza una lista de tareas para cumplir diariamente.
3.
Durante el día concéntrate en cumplir con la lista de objetivos diarios.
Dentro
de la lista de objetivos semanales, ordena la prioridad de cosas por hacer en
las más importantes y que requieren más esfuerzo y concentración y deja las
segundas para la última parte del día.
Recuerda
que para lograr un objetivo es importante tener muy claro cuál es el objetivo y
cómo alcanzarlo.
Claridad sobre el
objetivo y un fuerte deseo de llevarlo a cabo
El
punto inicial para llevar a cabo un objetivo es el deseo de realizarlo, si éste
es un deseo débil, el proceso se consecución también lo será. Asimismo, debes
ser muy claro respecto al objetivo que deseas realizar, así sea únicamente el
objetivo de una sola semana de trabajo.
¿Por
qué estoy buscando cumplir esta meta y cuáles son los beneficios de hacerlo?
¿Cuál es mi visión sobre cumplir una meta y cómo puedo llegar a ella? ¿Mi meta
es realista o debo replantearla?
Visualiza
el momento en que llegues a la meta. Piensa que eres dueño absoluto de lo que
pasa con tu cuerpo y mente, y por lo tanto puedes alterar tu estado de ánimo y
actitudes en pro de la consecución de tu objetivo.
Pregúntate
lo siguiente: ¿cuáles son las habilidades y recursos que tengo y necesito para
alcanzar este objetivo? Y si las habilidades y capital no son suficientes,
debes replantear ambos, ajustando entre lo que tienes y lo que quieres obtener.
Una
acción que podría ayudarte a cumplir con tus objetivos, es poner en un lugar
que tengas siempre a la vista, algún recordatorio gráfico de la meta. Esto como
parte de un proceso de “comprometerte” con la meta.
Establece líneas de
tiempo para revisar tus avances
Tener
un plan para conseguir tus objetivos no significa que vas a estar el todo el
tiempo probando diferentes métodos de llegar a la meta. Debes establecer
tiempos específicos para llegar a los resultados. Aquí debes preguntarte ¿en
qué tiempo se espera que llegue a este objetivo?, ¿cómo puedo dividir este
tiempo en sub-metas a corto y largo plazo?, ¿qué es lo que debo hacer
diariamente, regularmente y constantemente para llegar ahí?
Revisa tu progreso constantemente
Si
al hacer un análisis, notas que no has tenido progreso, averigua por qué no
estás llegando a la meta y has lo que consideres necesario para logarlo. Esto
depende de los rasgos personales de cada uno, pero algunas de las opciones
incluyen contratar a un especialista en coaching, pedir ayuda a tus compañeros
de trabajo para llegar a una mejor planeación de acuerdo con tus aptitudes y
características. Replantea el sistema que estableciste en un inicio.
Fuente: altonivel