martes, 8 de septiembre de 2009

El líder ¿nace o se hace?

Una persona puede ser visionarioa, comprometida, responsable y analítico, pero si estas características no se desarrollan tienen un crecimiento lento y difícil de desarrollar en todo su potencial.

Bajo la pregunta ¿El líder nace o se hace? se esconde la necesidad de aclarar si cierta persona (o nosotros mismos) puede llegar a ser un buen líder.

En primer lugar, hay que comprender que la definición de liderazgo es muy difusa, pero que, en general, diferentes autores están de acuerdo que un lider debe tener unas serie de características que definan su personalidad.

De esta forma podemos generalizar la pregunta:

¿La Personalidad es innata o adquirida?

Genéticamente se transmiten ciertas características que conforman la estructura de la personalidad; un ejemplo claro es la inteligencia, ciertas aptitudes y alqunas cualidades del temperamento.

Algunas aptitudes no son tanto una herencia genética como el producto del entrenamiento o del contagio. Ciertas caracteristicas son consecuencia de un entrenamiento planeado por los padres o por los educadores: el niño empieza a responsabilizarse de su vestimenta, de sus juguetes y recibe gratificaciones o frustraciones del exterior según sus éxitos o sus fracasos. Esto va modulando su personalidad.

La Psicología moderna está en la linea de lo expuesto por Vallejo-Nágera, dando una importancia relativa a los genes, sobre todo para comportamientos primarios (como puede ser la ira y su control) y un mayor peso al aprendizaje posterior. El ambiente en el que nos desenvolvemos, especialmente en las etapas tempranas de la vida, moldea nuestra personalidad.

¿El líder se forma durante la infancia?
En gran medida sí; la capacidad de liderazgo se desarrollo durante la infancia y la adolescencia. En los primeros grupos que se forman en la escuela, ya se puede detectar la presencia del lider de grupo, que, de forma espontánea, empieza a marcar las relaciones del resto de componentes.

La formación del Líder
El hecho que nuestra experiencia personal nos dote de capacidades naturales para ejercer como líderes, no debe confundirnos: Un líder puede construirse o potenciarse por la formación.

El único requisito para llegar a ser un buen líder es la voluntad de serlo. Si se tiene voluntad, se puede emprender una autoformación (por ejemplo, basada en lectura y puesta en práctica de los principios del liderazgo) o una capacitación formal basada en cursos, seminarios o coaching.

Los seres humanos nacen con talentos particulares que desarrollan y fortalecen a lo largo de su vida por medio de la práctica cotidiana, por experiencia propia en el uso de los talentos o por el aprendizaje a partir de la disciplina relacionada a alguno de ellos.

Estratega, visionario, comprometido, responsable, incansable trabajador y analítico, pueden ser algunas características natas, pero si no se desarrollan tienen un crecimiento lento y difícil de desarrollar en todo su potencial.

Encontrar el talento no es fácil, pero una vez detectado, es posible avanzar, desarrollarlo, y fortalecerlo de manera creativa, fresca y enfocada, se trata de identificar la vocación, y al ejercerla de manera responsable y comprometida es posible desarrollara el carisma, un elemento clave para el Liderazgo de Alto Desempeño.

El Líder, nace y se hace.
El Liderazgo de Alto Desempeño aparece desde un nivel básico donde sólo el manejo del poder de manera coercitiva se mantiene por los resultados obtenidos, pasando por etapas de control y aprendizaje, evolucionando, a veces, de manera “natural” hasta un nivel alto de efectividad.

Sin embargo, este proceso es lento, los golpes son duros y el ánimo decrece, lo único que no se detiene es el tiempo y la época actual exige ir al ritmo y mantenerlo.

Existen metodologías para el desarrollo de habilidades para ser un Líder de Alto Desempeño que requiere de un trabajo basado en la adquisición de conocimiento práctico para el desarrollo de talentos, genera carisma y un desempeño laboral y profesional con mayor enfoque y precisión.

Dentro de dichas metodologías, se identifican los talentos de las personas, se les dirige en la elaboración de un programa estructurado individual para el desarrollo de habilidades de este Liderazgo de Alto Desempeño, incluso, se les “coachea” para monitorear la ejecución de sus programas.

El objetivo es formar líderes acordes a las necesidades de las empresas de quinta y sexta generación, donde las características básicas a desarrollar son: Efectividad (resultados objetivos, continuos y crecientes) y respeto.

Implementar iniciativas dentro de las organizaciones que terminen en algo sólido y mantenido requiere un liderazgo efectivo, no es retórico sino estadístico, las empresas que realmente crecen, tienen este común denominador, que den resultados, pero se requiere que lo hagan de manera consistente, creciente, desarrollarlos por medio de un programa estructurado, de manera sistemática, es posible.

Fuentes:
Mario Brieño (Consultore de Inteli para cambio organizacional)
J.A. Vallejo-Nágera, libro Guia práctica de la Psicología